miércoles, 20 de febrero de 2008

SALVE, JOVEN Y HEROICA TRUJILLO*

Trujillo, capital del Departamento de La Libertad, tiene una historia que palpita en sus calles de arquitectura colonial, su artesanía estilo moche, sus danzas elegantes como la Marinera y sus tradiciones primaverales entre otras. Pero, me ocuparé esta vez de su valía como bastión del movimiento pro independista que respaldó la lucha emancipadora.


Primero debemos saber que esta ilustre ciudad fundada en 1534 por Diego de Almagro, se constituye desde su establecimiento en la más importante del Virreinato y como punto intermedio entre la Ciudad de los Reyes y su puerto. Esta relevancia geopolítica se dio también gracias a la fertilidad de su valle. Posteriormente, en seguida del desembarco de San Martín en Paracas en septiembre de 1820, El Márquez José Bernardo de Tagle y Portocarrero, Intendente de Trujillo fue invitado a adherirse a la causa patriota por lo que y según un acta celosamente guardada en el Archivo Regional de La Libertad, las autoridades y vecinos de Trujillo hacen pública su decisión de que su ciudad se declare libre del yugo español.


También se recibió el encargo de confeccionar la primera bandera peruana que fue exhibida en la actual sede del Gobierno Regional de La Libertad. De tal modo que, el 29 de Diciembre de 1820, el pueblo de Trujillo se reunió en la plaza de armas y proclamó vehemente su independencia; Convirtiéndose en la primera ciudad del Perú en declararse LIBRE que cumplió un papel preponderante en el movimiento independista. Por decreto en 1822, recibió el nombre de “bemérita y fidelísima a la patria”. Al final del protectorado de José de San Martín, y ante el contraataque de las tropas realistas, Trujillo asumió la capitalía del país durante el gobierno de José de la Riva Agüero, quien fuera el primer Presidente del Perú.



En la actualidad, nuestra plaza de armas, la más amplia y armoniosa del país, en cuya parte central se ubica el Monumento a La Libertad, que representa el proceso de independencia del país. En el primer cuerpo las estatuas simbolizan: ABUNDANCIA, COMERCIO, SALUD Y CIENCIA. En el segundo cuerpo las estatuas encarnan: ESCLAVITUD, ACCIÓN Y LIBERACION. En el tercer cuerpo, la efigie del hombre firme sobre el globo terráqueo que lleva puesto una capa y una antorcha en la mano derecha, simboliza LA JUVENTUD. Fabricada en Francia, de mármol trabentino y cobre por el artífice alemán Edmund Moeller, nos recuerda la importante gesta de la que los Trujillanos fuimos protagonistas.


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* El título alude a la letra del Himno a Trujillo, compuesto por Ramiro Mendoza Sánchez, que es entonada fervorosamente por el autor de este artículo desde su más tierna niñez.


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